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martes, 19 de marzo de 2013

EL MERCADO MATRIMONIAL CHINO: CONSULTORES DE AMOR Y MÁS






( Entrada del “Blog Salmón”) : Los chinos no dejan de sorprendernos. Con la política del “hijo único” y la escasez cada vez mayor de mujeres, hace cada vez más complicado encontrar pareja. Pero como ha sido siempre, en los asuntos de pareja, el dinero es la “pócima mágica” que ayuda mucho, tan natural como la vida misma, ya que el dinero ha tenido siempre una fuerza de atracción extraordinaria del que pocas personas se libran de sucumbir.


EL MERCADO MATRIMONIAL CHINO: CONSULTORES DE AMOR Y MÁS




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El mercado matrimonial chino: consultores de amor y más

19 de marzo de 2013 | 07:00 CET

Javier J Navarro

Editor en Elblogsalmon
En China se ha formado un mercado matrimonial brutalmente competitivo, especialmente por el problema más duro al que se enfrentan los hombres chinos, la escasez de mujeres. Tras muchos años de política de hijo único, la proporción de hombres y mujeres está desequilibrada, de modo que las mujeres pueden ser mucho más exigentes con su potencial marido de lo que podrían serlo en otras culturas.
Pero adicionalmente nos encontramos un cambio cultural fuerte provocado por el fuerte desarrollo económico de los últimos años que ha permitido a algunas fortunas crecer y permitirse elegir caprichosamente a su cónyuge. Esto ha encajado perfectamente en la sociedad china, donde una figura tradicional de más de 2.000 años se ha renovado, profesionalizado e introducido en el mercado, las casamenteras. Hoy en día utilizan el nombre de “consultores de amor”.

Valores antiguos y la nueva China

Adicionalmente los valores tradicionales, buscar matrimonio entre familias del mismo rango, están cayendo respecto a lo que eran en otra época. Antiguamente el papel de las casamenteras era unir a parejas de un mismo rango, pero eso ya no se estila en la nueva China.
Los valores antiguos se están cruzando con culto al dinero en el caldo de cultivo de una gran burbuja inmobiliaria. De modo que ser rico y tener propiedades inmobiliarias (un apartamento al menos) en las principales ciudades suma puntos a aquellos que están buscando no pareja, sino cónyuge. Además el que paga es muy probable que no busque el mismo rango, sino mantener su posición de privilegio en la pareja.

Consultores y cazadores de amor

Supongamos que un empresario rico opta por casarse y quiere una chica guapa, con parecido a cierta actriz y bien educada. ¿Se pasará por las discotecas de moda? ¿Se apuntará a clases de baile?
No, optará por utilizar los servicios de una empresa de “consultoría de amor”. Los profesionales le buscarán una esposa a medida de sus caprichos, en ocasiones llegando a pagar cientos de miles de dólares por conseguirle a la chica adecuada. Estas no son evaluadas sólo por su modales, sino también por el estado de su piel y dientes. La empresa ofrece al millonario perfiles, y este decide a quién desea conocer y a quién no. En algunos casos rechazan cientos de perfiles antes de molestarse en conocer a alguna de las chicas.

El mercado matrimonial de bajo coste

Los pobres, que no pueden permitirse pagar grandes cantidades a “consultores de amor”, optarán por Internet, utilizando las muchas webs que hay para tal efecto, por pagar un poco a unos consultores de amor que les permitan consultar su base de datos o por dejar a sus padres que arreglen el trato.
Sus padres en otra época hubieran tenido redes sociales que utilizaban para encontrar pareja a sus hijos, pero como apunta el sociólogo americano James Farrer, estás están desapareciendo. Entre otras causas, seguramente podremos achacar a la migración del campo a la ciudad.
Así que en los parques de Pekín podemos encontrar a personas mayores anunciando a sus hijos e hijas, hablando con otros padres con el objetivo de encontrarles un cónyuge con quién compartir vida en la nueva china. Esto también entra dentro de la tradición china de los matrimonios concertados, de modo mientras los hijos trabajan, sus padres intentan arreglarles la vida pasando frío bajo un cielo nublado.

Cuando no encuentras cónyuge

Todo este esfuerzo monetario, profesional o de generaciones enteras, está con el objetivo de evitar que sus descendientes se conviertan en lo que se está empezando a llamar “shengnu” (mujeres resto) y “shengnan” ( hombres resto). Las mujeres corren un gran riesgo de entrar en esta categoría si no se han casado para los 28, los hombres algo más de tiempo.
Los hombres en cambio tienen bastante más probabilidades de convertirse en un “shengnan”, especialmente si son pobres. Según un estudio realizado por una web que ofrece el servicio de casamentería, el 30% de ellos tienen unos ingresos inferiores a 2.000 yuanes mensuales (unos 320 dólares) y el 49% afirma que no puede permitirse un apartamento o un coche.
Dejando aparte el lado humano, se trata de un ejemplo de un mercado descompensado en una de las partes, consecuencia de la política de un hijo único que descompensó uno de los dos lados. Las descompensación está provocando mucho sufrimiento a muchas personas durante muchos años, ¿se cambiarán las tornas en algún momento?

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