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domingo, 9 de febrero de 2014

PP Y PSOE CONVIERTEN EL TRIBUNAL DE CUENTAS EN UN 'GERIÁTRICO DORADO' A 112.000€ POR CONSEJERO



(…) JUAN VELARDE, 83 AÑOS, 21 EN EL TRIBUNAL; UBALDO NIETO, DESDE 1982


Y más parásitos a mantener a cuenta del sistema político “made in Spain”, que aparte tal como ha quedado el país, con esa monstruosa deuda pública de más de un billón de euros, seguro de que no tienen ni puta idea de contabilidad. Eso solo ocurre en España, que como ya saben “is diferent”, pero en otros países, en especial los anglosajones, o los orientales como Japón, sería algo completamente inaceptable, y más con esos escandalosos sueldos por calentar unos cómodos sillones unas pocas horas, y en unos pocos días al año.

En definitiva, que la casta política española se protege y se blinda muy bien a sí misma, mientras que los ciudadanos que pasan penurias, se vayan a tomar por culo.


PP Y PSOE CONVIERTEN EL TRIBUNAL DE CUENTAS EN UN 'GERIÁTRICO DORADO' A 112.000 POR CONSEJERO


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JUAN VELARDE, 83 AÑOS, 21 EN EL TRIBUNAL; UBALDO NIETO, DESDE 1982

PP y PSOE convierten el Tribunal de Cuentas en un 'geriátrico dorado' a 112.000€ por consejero

PP y PSOE convierten el Tribunal de Cuentas en un 'geriátrico dorado' a 112.000€ por consejero
Imagen del pleno del Tribunal de Cuentas tomada en el año 2001, en la última renovación.

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Pocos órganos constitucionales pueden ser tan bien catalogados como un auténtico cementerio de elefantes  como lo es hoy en día el Tribunal de Cuentas, una institución convertida por los dos grandes partidos en todo un ‘geriátrico dorado’ en el que retirar a políticos experimentados y con una larga carrera de perfil económico a sus espaldas. La gerontocracia reina en este magno palacete situado en pleno barrio madrileño de Malasaña y en el que algunos de sus miembros, como es el caso deUbaldo Nieto, llevan trabajando nada menos que 30 años. Fue elegido en 1982, el mismo año en el que Felipe González ganó sus primeras elecciones, y ahí sigue a sus 79 años.
El presidente del Congreso, Jesús Posada, ha fijado por fin una fecha límite para PP y PSOE presenten sus candidatos a la renovación de varios órganos constitucionales como el Constitucional, la Junta Electoral Central y el citado Tribunal de Cuentas, que aguarda desde noviembre del año 2010 a que el consenso político y el pacto entre las dos grandes fuerzas fructifique en una nueva composición de sus 12 miembros, la mitad elegidos por el Congreso y, la otra mitad, por el Senado mediante mayoría de 3/5.
Hasta ahora, tal cambio de nombres no ha sido posible de ninguna de las maneras, ni siquiera cuando la muerte ha sorprendido en el cargo a uno de sus miembros, hecho que, por la edad de alguno de sus consejeros, no resulta tan extraño como posibilidad a futuro. Hay que recordar que el más veterano, el prestigioso economista Juan Velarde Fuentes, tiene 83 años, de los que ha servido a la institución un total de 21.
La falta de consenso y el oportunismo político ha hecho también que siga vacante, desde noviembre del año 2007, el puesto que dejó tras su muerte Antonio de Rosa Alemany, propuesto por el Partido Popular y que era concuñado de Rodrigo Rato. El fallecimiento ha servido desde entonces para equilibrar las fuerzas internas en el órgano entre los consejeros propuestos por el PP y los propuestos por el PSOE –ambos partidos tienen cinco representantes cada uno- y ha dejado el desenlace de muchas situaciones en manos de un teórico independiente, Javier Medina, de 54 años, el más joven de la Casa, y que, sin embargo es afín al partido conservador.
Septuagenarios
Aunque la mayor parte de sus miembros supera ampliamente la barrera de los 60 años pocos, por no decir ninguno, está dispuesto a abandonar el Tribunal por voluntad propia en el próximo mandato, tal y como han comunicado, en un primer sondeo, a los partidos que los eligieron y que pueden ahora otorgarles de nuevo su confianza u optar por nuevos nombres. Una circunstancia que no es novedosa en esta institución que, tradicionalmente, ha permitido a muchos de sus denominados Consejeros de Cuentas concatenar diferentes mandatos de nueve años hasta cumplir décadas completas dentro del Tribunal.
El record de permanencia en el cargo lo ostenta el citado Ubaldo Nieto, que fue presidente del Tribunal durante una década, entre 1997 y 2007, cuando cedió el testigo a Manuel Núñez, otra joven promesa de 77 años, que fue diputado popularpor León de 1977 a 2001.
El resto de los miembros no se quedan muy atrás. Rafael María Corona, propuesto por el PP, también tiene 77 años, Ciriaco de Vicente, veterano ex diputado socialista de los tiempos de la transición, 74; Lluis Arnet, 65; el ex ministro socialista Luis Martínez Noval, 62; Felipe García Ortiz, 59; Rafael Álvarez de Miranda, 55 yAna Pérez Tórtola, 52. De todos ellos, 6 fueron elegidos hace ahora 11 años y son los últimos en llegar a la Casa. Ciriaco de Vicente, por su parte, fue nombrado noviembre de 1990.  
Renovación en julio
El PP detenta la presidencia de este órgano desde hace 15 años y, seguramente, así continúe la cosa con la próxima renovación, prevista para julio. Como publicó ayer El Confidencial, las conversaciones entre PP y PSOE para renovar este órgano están muy avanzadas y ya hay algunos nombres sobre la mesa. Nombres que vuelven a ser, otra vez, el de elefantes políticos a punto de retirarse. En concreto, el veterano diputado popular Teófilo de Luis (60 años) y el no menos veterano socialista Francisco Fernández Marugán (66), que quedó excluido de las listas del PSOE en las últimas elecciones. Junto a ellos, también entraría como consejero el hermano mayor de Aznar, Manuel Aznar, actual subdirector adjunto de la asesoría jurídica del Tribunal y funcionario de nivel 29.
De los 12 miembros, PP y PSOE se repartirán, en función de su mayoría parlamentaria, 11 puestos y reservarán uno para CIU. En la actualidad, el nacionalismo catalán tiene su representación en el consejero Lluis Arnet, propuesto, sin embargo, por el PSC.
Cada uno de los consejeros, incluido el presidente, cobran una media de 112.000 euros al año. El presidente, en este sentido, es un primus inter pares y no tiene una retribución mayor que el resto de sus compañeros. 



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