(...) El régimen
comunista abarca un 29% de los clientes de Mossack Fonseca, lo que se traduce
en 16.300 sociedades de origen chino registradas en paraísos fiscales.
Y eso de que los
chinos son los más ahorradores a nivel mundial, tanto que incluso los ahorros
chinos financian la deuda de Estados Unidos y varios países europeos.
Cuando se trata
de dinero, da lo mismo que seas comunista, capitalista, liberal, socialista,
conservador, anarquista, cristiano, musulmán, ateo, o de cualquier tendencia
política o ideología de cualquier color, o seas de un país con democracia o con
dictadura: todo el mundo el dinero lo esconde en donde puede, porque la vida es
insegura e incierta, y para ponerlo a salvo de la rapiña tributaria de los
Estados, y lo mismo de los riesgos de la
inestabilidad política o la guerra.
Y es que, por
ejemplo, en España tenemos un sistema tributario y de cotizaciones totalmente
injusto, que son un verdadero atraco a mano armada contra los contribuyentes, con
lo cual empresas, autónomos, trabajadores,pensionistas, y todo el que puede
trata de esquivarlo llevándose y escondiendo parte de su patrimonio en paraísos
fiscales donde estén más seguros y apenas no tributen por ser capital. Pensad,
por ejemplo, que para abrir una cuenta secreta numerada en las Islas Caymán,
basta que sea con 3000 euros para empezar. Y la gente que puede, evade y
esconde su dinero en paraísos fiscales, a causa de que buena parte de ese
dinero va para financiar a inútiles que apenas no aportan nada al país y los
despilfarros políticos que muchas veces derivan en corrupción con la que se
lucran los más listos: millones de funcionarios vitalicios; centenares de miles
de políticos con cargos en todo tipo de instituciones; todo tipo de ayuda a
cientos de miles de parásitos inmigrantes y refugiados; gobiernos, parlamentos
autonómicos, el inútil Senado, diputaciones, ayuntamientos, consejos
comarcales, cabildos, empresas públicas y demás instituciones políticas
innecesarias e incompetentes que sólo sirven para enchufar a todo tipo de
inútiles y vividores que son amigos y parientes de los políticos; miles de
ONG's que viven del cuento, sindicatos y patronales títeres del poder político,
partidos políticos, etc... Aparte de
rescatar cajas y bancos arruinados por mala gestión de políticos; los ERES y
prejubilaciones anticipadas; hacer aportes de varios miles de millones en
rescatar los despilfarros de Grecia o regalar todo tipo de subvenciones por
países de medio mundo como si aquí el dinero nos sobrara, entre la larga lista
de casos. Lo cual no es de extrañar que España y muchos otros países del mundo
cualquiera que pueda hacerlo, haga lo posible para sacar buena parte de su
dinero del país, y esconderlo en paraísos fiscales antes de llegar a ser robado
por ese bestial e indecente atraco legal que llaman "tributos, impuestos,
tasas o cotizaciones".
Claro que si no
existieran esos injustos e indecentes sistemas tributarios de rapiña que
soportamos, no habría necesidad de paraísos fiscales, ni esos escándalos de
"Papeles de Panamá" que no deberían de extrañar a nadie, con tanto y
tanto expolio como el que tenemos, y con las excusas de "sirven para
financiar el Estado de Bienestar", más convertido en muchos casos y para
mucha gente en el "Estado del Malestar". Para reflexionar.
Los altos cuadros del Partido Comunista Chino (PCCh) y las grandes fortunas del país tienen una debilidad especial por abrir empresas en paraísos fiscales, según se revela en ‘Los papeles de Panamá’. Un análisis de los documentos filtrados al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), a los que han tenido acceso El Confidencial y La Sexta, confirma que el 29% de las compañías que el bufete Mossack Fonseca gestionaba a finales de 2015 procedían de sus oficinas en China (el país líder en volumen de clientes) y Hong Kong (su oficina más solicitada en todo el mundo). En total, 16.300 firmas ‘offshore’ de origen chino cuya titularidad se eleva hasta lo más alto de la cúpula del poder: la familia del presidente Xi Jinping.
Nada menos que ocho miembros o exmiembros del Comité Permanente del PCCh, el máximo órgano de poder del régimen, integrado por siete personas, cuentan con familiares en la cartera de clientes de Mossack Fonseca. En el caso del presidente, se trata de su cuñado, Deng Jiagui. Este adquirió una firma ‘offshore’ a través del bufete panameño en 2004 y volvió a hacerse con dos compañías más en 2009. Es todavía una incógnita para qué fueron utilizadas tales firmas. La primera, Supreme Victory Entreprises, fue disuelta en 2007, mientras las otras dos (Best Effect Enterprises y Wealth Ming International) ya permanecían inactivas en noviembre de 2012, fecha en que Xi Jinping se convirtió en secretario general del PCCh.
Paradójicamente, Xi ha convertido la lucha contra la corrupción en el estandarte de su mandato. Nada más alcanzar la presidencia de China (marzo de 2013), inició una durísima purga interna que elevó su popularidad social. Ya en 2012, una minuciosa investigación de la agencia Bloomberg había advertido sobre los negocios millonarios en distintos sectores económicos (minerales, telefonía móvil, inmobiliaria) de la familia del presidente, conactivos que alcanzaban los 376 millones de dólares. La dictadura china censuró aquella información del mismo modo que lo ha hecho ahora: ha prohibido a los medios de comunicación informar sobre 'Los papeles de Panamá' y ha cortado de raíz todas las discusiones sobre el tema en las redes sociales chinas.
“Encuentren y eliminen cualquier republicación de 'Los papeles de Panamá.No informen sobre este caso, sin excepciones. Si se hallan materiales procedentes de medios extranjeros atacando a China en cualquier 'website', se tratará severamente. Por favor, actúen inmediatamente”, indicó una directiva del órgano de propaganda de la dictadura al que tuvo acceso 'China Digital Times', un diario digital con sede en Estados Unidos.
Las máximas figuras del régimen
Junto al presidente, los papeles señalan a dos miembros del actual Comité Permanente del PCCh: Zhang Gaoli y Liu Yunshan. El primero está implicado mediante su yerno, Lee Shing Put, titular de tres compañías registradas en las Islas Vírgenes Británicas. El segundo, mediante su nuera, Jian Liqing, accionista de una. Incluso el marido de la nieta de Mao Zedong, el Gran Timonel comunista, es titular de una firma ‘offshore’ con la que, presuntamente, gestiona las ganancias de la casa de subastas y de la compañía de seguros de vida que dirige.
También aparece la documentación de una figura muy relevante para la dictadura: Li Xiaolin, hija de Li Peng, quien fuera primer ministro de China entre 1987 y 1998. Li Xiaolin es titular junto a su marido de Cofic Investments, registrada en las Islas Vírgenes Británicas en 1994, cuando su padre estaba en pleno mandato. Li Xiaolin no solo se conformó con beneficiarse del patrimonio familiar, sino que supo medrar dentro del sistema hasta ser apodada la Reina de la Energía, ya que fue vicepresidenta del organismo estatal de dicho sector, cargo que combinó con su sillón en la Conferencia Política Consultiva del PCCh. Li Xiaolin ha rechazado hablar con periodistas del ICIJ a este respecto en repetidas ocasiones.
No es ningún secreto que muchos de los hijos y nietos de los llamados “héroes de la revolución” (los cuadros comunistas que llevaron a Mao al poder en 1949) han sabido amasar grandes fortunas al calor de sus ilustres apellidos y del despegue económico del gigante asiático. De hecho, estas familias son conocidas en China como la “nobleza roja”, dinastías que dominan las esferas políticas y económicas de la segunda potencia mundial. El propio Xi Jinping forma parte de dicha aristocracia gracias a su padre, destacado héroe de la revolución. La novedad que aportan Los papeles de Panamá' es poder cuantificar la enorme naturalidad con que la nobleza roja y su entorno operan empresas pantalla en paraísos fiscales. Compañías que pueden servir tanto para ocultar ingentes fortunas como para utilizarlas activamente en operaciones empresariales dentro de China, permitiendo a los actores implicados (de alto perfil político o empresarial) ocultarse tras el nombre de una firma de Panamá o de las Islas Vírgenes Británicas.
No solo los burócratas e hijos del sistema acuden con frecuencia a las ocho sucursales que Mossack Fonseca tiene abiertas en China. También cientos de multimillonarios chinos son clientes del bufete. Magnates de la joyería, el entretenimiento y el sector inmobiliario tienen sociedades ‘offshore’. Algunos incluso las operan conjuntamente, como el famoso actor Jackie Chan, que es titular junto al gurú de los centros comerciales Shen Guojun de la misteriosa compañía Dragon Stream Limited, registrada en las Islas Vírgenes Británicas en 2008. Otro ejemplo es el prócer de los refrescos Zong Qinghou, cuya hija Kelly Zong adquirió en el mismo archipiélago una firma en 2015 usando los servicios de Mossack Fonseca. Jackie Chan, Shen Guojun y Kelly Zong han declinado hacer ningún comentario tras ser contactados por el ICIJ.
La ocultación de bienes multimillonarios en paraísos fiscales ha provocado incluso asesinatos en las altas esferas del régimen comunista y la caída en desgracia del 'Príncipe Rojo', Bo Xilai, llamado a ser uno de los hombres más poderosos del país esta década. La esposa de Bo, Gu Kailai, envenenó con matarratas a su socio británico Neil Heywood en una habitación de hotel en 2011. Según las investigaciones, Gu quiso deshacerse de Heywood después de que este la amenazara con desvelar los millones de dólares en propiedades inmobiliarias que el matrimonio ocultaba en paraísos fiscales. En 2011, el Príncipe Rojo viajaba disparado hacia las más altas cotas de poder y popularidad en China, y su fiel esposa no quería que, entre otros bienes, la opinión pública supiera que poseían una villa en Cannes (Francia) valorada en 7,5 millones de euros. Dos semanas después del asesinato, Gu transfirió sus acciones a otro asociado con el presunto objetivo de oscurecer todo lo posible la vinculación del matrimonio a estas sociedades ‘offshore’. Hoy, tanto Gu Kailai como Bo Xilai cumplen cadena perpetua, en el que ha sido el mayor escándalo político de China desde la masacre de Tiananmen en 1989.
La normativa internacional contra el blanqueo de capitales exige a intermediarios como Mossack Fonseca prestar un escrutinio muy riguroso a los funcionarios públicos y a sus familiares, para garantizar que su dinero no procede de prácticas corruptas. La revelación de estos nombres y el hecho de que China, con 16.300 empresas registradas, sea el mayor mercado de esta firma especializada en gestionar compañías en paraísos fiscales dejan al descubierto la total negligencia del bufete panameño a este respecto.
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