Llamativo titular: :
"Los culpables del engaño de las preferentes: el Banco de España las incentivó y la
CNMV las toleró". Se han inyectado docenas de miles de
millones para rescatar a los bancos, a costa del bolsillo de todos los
contribuyentes, y ahora resulta que los culpables del escándalo de las
preferentes son las mismas autoridades monetarias cuya misión era velar por la
transparencia, supervisión, control y seguridad de los ahorradores ante las
operaciones financieras de cajas, bancos o la Bolsa: el Banco de España, la
CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), ambas dependientes
expresamente de la Presidencia del Gobierno,…….y a nadie se le sienta en el
banquillo para depurar responsabilidades, ni se le mete a la cárcel. Entonces…¿de
quién podemos fiarnos en ese “Estado de Derecho” que debería de velar por los
derechos de los ciudadanos, que es más bien el “Estado del Robo y las
Mamandurrias” en que la quita al dinero de los ciudadanos, sea mediante
impuestos o el fraude de las preferentes, es algo que se ha institucionalizado?. Y eso de que Zapatero dijo de "España tiene el sistema financiero más sólido del mundo"
Pero hay un problema. Tal como está el mercado,
gente como Goldman Sachs o Merrill Lynch tienen que pagar el 13% de interés
para colocarlas entre inversores institucionales. Los bancos españoles no
quieren asumir esos costes por el fuerte impacto que tendría en sus resultados.
Por tanto, hay que vendérselas
a alguien que no pida tanto porque desconozca el producto. ¿A quién? Pues
al cliente minorista de la red. Es proverbial la capacidad de la banca española
para colocar lo que sea en sus redes -incluso acciones de Terra o cuotas
participativas de la CAM- y, como dijo un veterano periodista hace mucho,
"el minorista se lo traga todo".
Algunos medios dan la voz de alarma: los
bancos están vendiendo preferentes un 70% más caras de lo que valen en mercadoDicho y hecho. Eso sí, para que entren hay
que ofrecerles una
rentabilidad con la que los ojos les hagan chiribitas. Un 8%, un 7%...
Incluso menos: Botín,
siempre a la cabeza, las coloca al 5,75%, y sólo durante el primer año. En todo
caso, muy por encima del 3,5% que dan como mucho los depósitos después de la
bajada radical de tipos adoptada por el BCE. Y muy por debajo de lo que piden
los institucionales por comprar estos títulos... pero eso los particulares no
lo saben.
MAFO: reforzar el capital como sea
El Banco de España, gobernado por Miguel
Ángel Fernández Ordóñez, no pone ninguna pega. Es más, lo incentiva: la prioridad es
recapitalizarse como sea, para que nadie pueda desmentir la famosa frase de Zapatero: "España tiene el
sistema financiero más sólido del mundo". Y más cuando empiezan a ver las
orejas al lobo de la que se nos venía encima por los excesos del ladrillo, algo
de lo que avisan alarmados los inspectores y que culmina en la intervención de CCM en marzo de
2009. Que se las vendan a quien sea, pero que refuercen sus ratios.
Todas las entidades españolas tocan a rebato y ponen a sus oficinas a vender
preferentes (o subordinada, que es casi lo mismo) a toda máquina. Es la
prioridad absoluta. Que no se venda un depósito ni un fondo. Todo preferentes.
Y efectivamente, el minorista entra al trapo en masa. Jóvenes y ancianos, con
formación o sin ella, ricos y pobres... Y, muchos de ellos, con los ahorros de
su vida.
A alguno le escama tanta rentabilidad por un
producto similar a un depósito. "¿Pero esto no tendrá riesgo?". El
director de oficina le tranquiliza: "En absoluto, puede estar usted
tranquilo. Bueno, hombre, si quiebra el banco/la caja... pero tendría que
acabarse el mundo para que eso pasara, con lo solventes que somos. Y si pasa,
le va a dar igual estar en preferentes que en cualquier otra cosa". Cuenta
con la ventaja imbatible de la confianza ciega que tiene la mayoría de los
clientes en él para que le guíe en el complejo mundo de las finanzas. Así que
el cliente firma. Y él añade unos cuantos euros más a su bonus, ligado al volumen
que coloque de preferentes.
Algunos medios, con El Confidencial a la cabeza, dan la voz de alarma:
los bancos están vendiendo preferentes un 70% más
caras de lo que valen
en mercado. O lo que es lo mismo, en el momento en que sale de la surcursal, el
cliente ya ha perdido el 70% de su inversión. Este desplome se debe a que los
bancos han roto el pacto tácito por el que históricamente recompraban estos
títulos a los 5 ó 10 años, aunque no era obligatorio. Deutsche Bank ha quebrado
ese principio y Sabadell ha seguido sus pasos en
España. Lo que era
una inversión con un horizonte temporal definido se ha convertido en perpetua.
Y, lógicamente, vale mucho menos. Rizando el rizo, algunos bancos aprovechan ese
desplome para recomprarlasa los institucionales en mercado mientras
las colocan a precio de oro en la red.
La CNMV, tarde, mal y nunca
Ante esta situación, la CNMV que preside Julio Segura
decide por fin tomar cartas en el asunto. En abril cuelga en su página web
una advertencia en la que alerta de este sobreprecio y de los demás riesgos de
estos productos: "Se trata de un instrumento complejo y de riesgo elevado
que puede generar rentabilidad, pero también pérdidas en el capital
invertido". Además, "tienen carácter perpetuo y su rentabilidad,
generalmente de carácter variable, no está garantizada". Y para
rematarlo, "su liquidez es limitada, por lo que no siempre es fácil
deshacer la inversión". A buenas horas, cuando casi todo el mundo ha
colocado ya sus emisiones.
En cualquier caso, las entidades no hacen ningún
caso a Segura y siguen colocando preferentes tranquilamente. Y entonces llega
el big one: la colocación de 3.000 millones de
Caja Madrid, la mayor de la historia para minoristas. Segura se
implica un poco más y obliga a las entidades a pagar un cupón más alto, pero a
años luz del que piden los profesionales; por ejemplo, Caja Madrid tiene que
dar sólo el 7%. Y a los que no le obedecen, les
pone una advertencia en el folleto de
la emisión que reza que "no puede asegurarse que la contraprestación
ofrecida a los suscriptores del producto incorpore adecuadamente todas las
variables a considerar en la valoración de una emisión de esta
naturaleza".
Aparte de la escasa claridad de este lenguajepolíticamente
correcto para avisar a los ahorradores de que les están vendiendo
duros a seis pesetas, ¿cuántos clientes que compran unas preferentes porque se
las venden en su oficina como alternativa a un depósito se leen el folleto
registrado en la CNMV? Ninguno. Pero la
CNMV no se atreve a llegar más lejos, aunque podría negar el visto bueno a
estos folletos e impedir su comercialización. La crisis bancaria ha comenzado y
es más urgente que nunca recapitalizar las entidades para el Banco de España.
El ministro de Economía, Pedro
Solbes, está de salida y este asunto le resbala: dimite en abril. Su
sucesora, Elena Salgado,
se dedica a anunciar "brotes verdes".
El edificio se viene abajo
Una vez que están todas las preferentes
vendidas, el sistema
financiero se viene abajo definitivamente
y se acomete una reforma financiera detrás de otra, todas igual de inservibles:
el FROB1, el FROB2, los SIP (fusiones frías), las fusiones calientes, el
aumento de requisitos de capital, el striptease de las exposición inmobiliaria,
las intervenciones de CajaSur, CAM y Banco de Valencia, las OPV de Bankia y
Banca Cívica, las nacionalizaciones de NovaGalicia, CatalunyaCaixa, Unnim y, ya
en mayo de 2012, la propia Bankia, las subastas con garantías estratosféricas,
la destitución de los responsables de las cajas quebradas -con indemnizaciones
millonarias-, los Decretos de Guindos para provisionar el ladrillo, etc. Todo
ello culmina en la petición de rescate a Bruselas en junio del año pasado por
100.000 millones, que finalmente se quedan en 40.000... de momento.
Cuando ya están en caída libre, algunas
entidades llegan aún más lejos y montan
un mercadillo de preferentespara recomprárselas a sus clientes VIP y
vendérselas a los menos VIP a un precio muy superior al de mercado, para que
los primeros no pierdan a costa de los segundos. Se trata de Bancaja y Caja
Madrid (Bankia), según un informe de la CNMV que ha revelado esta semana el
periódico Expansión.
Hechos de 2010 que se descubren en 2013. La CNMV sigue a lo suyo.
Lo más patético de todo es que las nuevas normas
de solvencia impulsadas por el G20 decretan que sólo cuenta el capital de mayor
calidad (el core capital),
es decir, las acciones puras y duras. Dicho de otra forma: las preferentes españolas no valen
para nada. A finales de 2011, los bancos sanos se lanzan a canjearlas por
acciones a los clientes que las compraron en 2009. Éstos, que ya saben que sus
títulos son ilíquidos y que si los venden en mercado pierden hasta la camisa,
acuden masivamente a los canjes. Esta vez sí se tiene más cuidado y se ofrecen
condiciones que permiten recuperar la inversión inicial, o casi. Pero claro,
está el riesgo bursátil: los que mantienen esas acciones en vez de venderlas
inmediatamente pierden bastante por la caída masiva de los bancos en bolsa en
2012.
Compartir la carga de la quiebra
El problema está en la banca nacionalizada.
Entre las contrapartidas del rescate, Bruselas impone que los tenedores de
instrumentos de capital, como las preferentes y subordinada, compartan la carga de las pérdidas
para reducir la factura del contribuyente. Es la normativa de ayudas de
Estado y la Comisión Europea no tiene la culpa de que en España se vendieran a
particulares. "Ése es vuestro problema", dice Almunia, y se lava las manos.
Eso significa que las entidades no pueden recomprarlas a la par. Tienen que
aplicar quitas, que son de media del 38% en Bankia, del 43% en NovaGalicia, del
61% en CatalunyaCaixa y del 90% en Banco Valencia. Y encima canjearlas por
acciones. Esto supone pérdidas adicionales: en el caso de Bankia por la
presumible caída en bolsa de los títulos después del canje; en los otros dos,
como no cotizan, sufrirán una quita adicional a cambio de que el Fondo de
Garantía de Depósitos les dé liquidez.
Primero el corralito -imposibilidad
de hacer líquida la inversión- y después las quitas y los canjes indignan a los
afectados, como es lógico. Estos se movilizan, se manifiestan, acuden a los
tribunales, se cuelan en parlamentos regionales, ocupan sucursales... El asunto
de las preferentes se convierte en un escándalo social que esta semana ha llegado al Congreso. Ante este
drama, se opta por la vía del
arbitraje para que los
clientes puedan recuperar su dinero. Pero NovaGalicia y CatalunyaCaixa sólo
permiten que accedan a él aquellos casos en los que reconoce mala praxis en la
comercialización. La gran mayoría se queda fuera. Ahora viene Bankia. Luis de Guindos anuncia que los criterios para acceder
al arbitraje serán amplios y podrán entrar los que canjearon sus
preferentes por acciones el año pasado. Veremos. Tampoco está claro
si se va a devolver todo en efectivo o una parte en acciones.
Y hasta aquí la historia del mayor escándalo
financiero vivido en España. Pero esto no ha terminado. Continuará.
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