Una buena noticia: con la victoria del identitario y
patriótico Frente Nacional que lidera Marine le Pen, una amplia mayoría de
franceses expresaron que querían seguir siendo verdaderos franceses de pro, y
no partidarios de convertir a Francia en una absurda y peligrosa
"multiculturalidad" (especialmente de colores islámicos) que la
aboque hacia su propia destrucción y desaparición como pueblo francés. Precisamente la formación política que de
momento buena nos falta en España y que está ausente en estas elecciones del
próximo 20 de diciembre, que represente a la identidad nacional y al
patriotismo español, frente a esos peligrosos experimentos de
multiculturalidades inmigrantes que como sabemos nada positivo aportan a
nuestro propio país con sus diferencias culturales-religiosas, y por cuanto
representa de repartir más desempleo, salarios más bajos, absorción de mayores
gastos sociales (sanidad, educación, justicia, y demás ayudas o regalos
públicos pagados por los contribuyentes nacionales que les salen gratis a la
inmigración en perjuicio de los propios españoles -muchos de los cuales, siendo
los más necesitados ni se benefician de ayudas algunas, como desempleados,
minusválidos, desahuciados, ancianos, etc..., y sólo por ser españoles-),
mayores problemas de convivencia por las incompatibilidades y desavenencias
culturales-religiosas, y con todo ello mayor inseguridad ciudadana. De todo ese
tema, claro, a diferencia de en Francia, no se hablará en la campaña electoral
española, por un supuesto pacto del silencio que aquí tienen los partidos
políticos en no hablar de inmigración, multiculturalidades, religiones ajenas,
de cómo arreglar el paro, cómo bajar impuestos, cómo garantizar las pensiones,
o cómo ayudar a los minusválidos o a los desahuciados españoles.
Una buena noticia más que consolida esa nueva tendencia de
muchas naciones europeas a preservar su propia identidad y a no desaparecer
como pueblos frente a toda esa invasión extranjera que llaman
"multiculturalidad" migrante, y que muchas veces conlleva la cultura
y el credo de la intolerancia y el odio, que sufren especialmente las mujeres,
sin dejar aparte que también la sufren los desempleados, los desahuciados y los
minusválidos, al ver que les quitan trabajo y todo tipo de ayudas sociales, y
sólo benefician a los codiciosos e irresponsables "empresaurios" que
ven en ellos un mayor "ejército industrial de reserva" disponible con
los que explotarlos en beneficio de sus empresas y sus oligopolios.
Toda la gilipollez de un hipócrita "buenismo
político" que considera la multiculturalidad y la inmigración
descontrolada como lo "políticamente correcto" y algo a integrar en
la sociedad europea, queda cada vez más tocado, y con un poco de suerte la
propia Europa todavía está a tiempo de no caer definitivamente en la lenta
decadencia y desesperación encubierta a la que ya se encuentra abocada, con la
desaparición al medio y largo plazo de sus valores de democracia y libertades
que fueron herencias del legado greco-romano y de la Revolución Francesa con la
caída del Antiguo Régimen, hoy en peligro de volver a las tenebrosas dictaduras
religiosas de antaño y toda la barbarie que ello conlleva y cuya expresión más
visible en la actualidad son las cada vez más numerosas mezquitas en donde se
propaga la ignorancia, la intolerancia y el odio, y los paisajes urbanos cada
día más poblados de burkas, velos, barbas y demás símbolos de represión que nos
resultan ofensivos a muchos europeos. Porque si se puede impedir que la
"multiculturalidad" no se siga multiplicando y llegue a tocar poder,
se podrá impedir el suicidio y la desaparición de la propia Europa de las
libertades y del modelo democrático occidental tal como la conocemos. Por eso es buena noticia la victoria en
Francia del Frente Nacional de Marine le Pen, y es de esperar que ese efecto
dominó pueda llegar también a España aunque sea algo más tarde.
EL FRENTE NACIONAL DE MARINE LE PEN BARRE EN LAS URNAS REGIONALES FRANCESAS
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El Frente Nacional de Marine Le Pen barreen las urnas regionales francesas
Europa Press | 7/12/2015 - 7:24
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Marine Le Pen, líder del Frente Nacional. Imagen: Archivo
El ultraderechista Frente Nacional ha sido la fuerza más votada en las elecciones regionales francesas celebradas este domingo con un 29,1 por ciento de los votos si se tiene en cuenta el conjunto de los sufragios emitidos a nivel nacional. La abstención se ha situado en el 49,66 por ciento, según datos oficiales del Ministerio del Interior correspondientes al 89% del escrutinio.
El partido de Marine Le Pen se impone así a Los Republicanos de centro-derecha (26,78 por ciento) y al Partido Socialista del presidente François Hollande (22,99 por ciento).
Además, el Frente Nacional es la fuerza más votada en seis de las doce regiones en las que queda dividida la Francia continental. En Norte-Paso de Calais-Normandía, en la que la propia Le Pen es cabeza de lista, los frentistas han conseguido el 41,2 por ciento de los votos.
Ante estos resultados, el líder del partido conservador francés Los Republicanos, Nicolas Sarkozy, ha anunciado que rechazará cualquier alianza o retirada de listas en la segunda vuelta.
"Mañana en la ejecutiva (de Los Republicanos) propondré rechazar toda fusión o retirada de listas", ha afirmado Sarkozy en una intervención pública en la que ha apuntado que el país está en una situación "particularmente grave".
Sarkozy ha reconocido que los franceses han expresado su "exasperación", un sentimiento que "debe ser considerado y respetado", pero ha arremetido contra los frentistas porque "no conseguirán ninguna respuesta de un partido que empeoraría dramáticamente la situación de Francia y crearía las condiciones para un desorden peligroso en cada región y también en nuestro país".
"La única actitud que pueden adoptar nuestros candidatos en todas las regiones es la de respetar a los franceses y proponer una alternancia clara", ha apostillado. "Pido a todos los franceses que se movilicen en favor de la única alternancia creíble, encarnada por los candidatos de la derecha y el centro", ha concluido.
Sarkozy también ha destacado el dato de la abstención, que ronda el 50 por ciento. "Veinte millones de nuestros compatriotas no han votado. Tenemos que escuchar este desaliento cívico", ha argumentado.
Debacle socialista
Por su parte, el Partido Socialista de Hollande ha anunciado ya que retirará sus listas en dos regiones en las que el FN ha sido la fuerza más votada y los socialistas han quedado muy por detrás de la derecha. El primer secretario del Partido Socialista francés (PS), Jean-Christophe Cambadélis ha concretado estas regiones: Norte-Paso de Calais-Picardía y Provenza-Alpes-Costa Azul.
"En las regiones en peligro por el Frente Nacional en las que la izquierda no está por delante de la derecha, el PS ha decidido hacer dique republicano, en particular en Norte-Paso de Calais-Picardía y Provenza-Alpes-Costa Azul", ha explicado Cambadélis.
En estas dos regiones, el FN ha logrado más del 40 por ciento de los votos. Con esta decisión, el PS se condena a estar ausente de los consejos regionales de estas dos regiones durante los seis próximos años.
Cambadélis no ha mencionado en cambio el caso de la región de Alsacia-Lorena-Champaña-Árdenas, donde el FN ha ganado con el 35 por ciento de votos, seguido de la derecha (26 por ciento) y el candidato de izquierda, Jean-Pierre Masseret, (16,7). Precisamente Masseret ha anunciado su decisión de no retirarse, con lo que pretende pactar una lista común con la derecha.
Los socialistas se aferran a cuatro o cinco regiones en las que tienen posibilidades en segunda vuelta, principalmente en Bretaña, Aquitania-Lemosín-Poitou-Charentes, Mediodía-Pirineos-Languedoc-Rosellón, Ile de France o Ródano-Alpes-Auvernia. Ecologistas y comunistas ya han abogado por retirarse y pedir el voto para los socialistas en estas regiones.
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