En un mundo en el que los avances tecnológicos eliminan cada
vez más puestos de trabajo, que cada ciudadano reciba una renta básica
universal se acabará por convertir en una necesidad prioritaria para poder
vivir con un mínimo de decencia y dignidad que garantice la paz social, y en la
que los que deseen trabajar o estén más motivados, capacitados o preparados en
ellos puedan acceder a los puestos de trabajo disponibles y con ello disponer
de unos ingresos extras complementarios a dicha renta universal, que les
permita mayor status o nivel de vida y con ello puedan distinguirse del resto
de la población. Porque lo que no se
puede de hacer ni es de recibo es que en un país buena parte de los ciudadanos
con peor suerte tengan que vivir en la pobreza crónica y con toda la
inseguridad que ello supone. Esperemos que esto funcione, aunque habrá que
cuidar el famoso "efecto llamada" que produce a migrantes de otros países
todo tipo de asistencia social y de la que esperan poder aprovecharse también,
porque eso supondría mayores dificultades para financiar dicha renta, aparte de
que con menores prestaciones, ya que todo funciona matemáticamente, y a más
reparto, menos queda disponible para otorgar a cada uno, tal como se ha ido
comprobando con otras prestaciones y servicios públicos a cargo del Estado (es
decir, a cargo de todos los contribuyentes).
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La cuantía de esta renta ascendería a 800 euros mensuales por persona, sin cargos adicionales ni quita de impuestos.
El instituto de la seguridad social finlanés (KELA) ha sorprendido anunciando un experimento que tendrá lugar a lo largo del próximo año, y que estará encaminado a instaurar de cara a 2017 el pago de una prestación universal que garantice un ingreso básico a la ciudadanía.
El objetivo de este estudio es reformar de manera estructural la seguridad social finlandesa, "en respuesta a los cambios en el mercado de trabajo". Así, este ingreso ayudaría a aquellos trabajadores con baja remuneración, y a la vez serviría como recompensa e incentivo al resto de la sociedad finlandesa. Las pruebas analizarán los efectos de una renta básica en distintos grupos de población para hacer una evaluación estimada de los costes que ésta conllevaría.
Según explica el propio instituto en su página web, este experimento se enmarca en la búsqueda de fórmulas para hacer un sistema más "robusto y enérgico", y también como una manera de ofrecer "incentivos al trabajo".
La misma institución explica que la evaluación preliminar, basada en los resultados de propuestas similares hechas en otros países, será presentada en la primavera de 2016. En ese momento tendrá lugar el lanzamiento del modelo de prueba, por el cual varios grupos de población recibirían una renta básica de 550 euros. El lanzamiento definitivo de la medida está previsto para el año 2017, después de la evaluación de resultados.
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Propuestas similares en España
Este tipo de iniciativas, pioneras en un país ya acostumbrado a un prolífico sistema del bienestar, parece ser una tendencia generalizada en las propuestas políticas de corte garantista en Europa.
En España, la única promesa cercana a esta iniciativa la da Podemos. Si bien desde este partido llevan meses advirtiendo la necesidad de una prestación de estas características, en su programa apuntan a una renta garantizada por hogar que, en función de ingresos y número de beneficiarios, no superaría los 1290 euros al mes por unidad de convivencia. La diferencia entre ambas estriba en el carácter individual de la prestación finlandesa, frente a la ayuda por unidad familiar que propone Podemos.
Por su parte, Ciudadanos aboga por ofrecer un complemento salarial para garantizar un mínimo de renta por trabajador. Su programa destaca que la renta garantizada desincentiva el trabajo, así que únicamente coincide con la formación morada en dicho complemento salarial, que está también incluido en su programa junto con la renta garantizada.
Aunque en España podría repuntar el debate sobre este tipo de prestación, es la condición de ayuda individual e incondicional, así como la exención de obligaciones a cambio de percibirla, lo que hace de la renta universal finlandesa una verdadera renta universal.
¿Incentiva una renta básica?
En varias encuestas realizadas desde 2002 y publicadas en el blog de la KELA, parece demostrado que la gran mayoría de los finlandeses están de acuerdo con algún tipo de prestación de estas características. Se trataría de simplificar el sistema, modificando tanto la forma de recaudar como la de beneficiarse de estas ayudas.
Mientras aún no es posible confirmar sobre el terreno las funciones y disfunciones reales de esta medida, hasta que no se conozcan los resultados, todo apunta a que, al menos, sí es posible estudiar la viabilidad de la renta básica universal. El primer ministro finlandés, del liberal Partido del Centro, Juha Sipilä, ya declaró estar a favor de la iniciativa, que le pareció "una forma de simplificar el sistema de la seguridad social".
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