"Un aeropuerto de Dinamarca limita a tres minutos el
tiempo para los besos de despedida", dentro de su zona 'Kiss and Fly'
(“besos y vuelo”). Dejando a parte escandalizaciones de posibles moralistas
mojigatos puritanos de la vieja escuela, lo que no sé es que si se basarán en
la estadística de que para “echar un polvo”, con menos de tres minutos son más
que suficientes. Con lo cual habrá que
apurar al máximo los morreos en tres minutos con tu amante o pareja (los que
son con lengua, son mejores, más sabrosos y más excitantes), ya que tras el
viaje la echarás en falta más de lo que te imaginas, y al regreso el hambre de
morreo estará más fuerte que nunca. Chocante, pues, que incluso las cosas más
intimas tengan que ser también reguladas con normativas en los lugares públicos.
Una visión crítica a las cosas de la vida y del mundo que observo por la prensa.(Blog propiedad de XAVIER VALDERAS)
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