Es curioso llegar a
despertar sentimientos por una simple máquina, y despreciar con todas las que
conllevan al sexo femenino, según los demoledores informes de maltrato de género
que ocurren en el “machista” ejército norteamericano, y que tienen preocupado a
Obama.
De hecho los japoneses ya han inventado un
androide-mujer-robot, programado para satisfacer todas las necesidades y
caprichos de su dueño. Entre otros materiales está hecho de látex, y tienen
casi la apariencia humana. Vamos, como la apariencia de la “Terminatrix”, de la
serie cinematográfica de ciencia-ficción “Terminator”. Con esas máquinas el
interesado puede hacer lo que le venga en gana, no le crean ningún tipo de
problemas, ni se vas a encontrar con lidiar a nadie que la quiere tomar contra él
en ningún tribunal. En fin, que los inventos son para hacer más fácil la vida
humana, y también para no tener que aguantar estupideces ajenas.
En fín, un tema más que
tendrán que estudiar psicólogos y psiquiatras.
LOS SOLDADOS QUE NO AMABAN A LAS MUJERES, PERO SÍ A LOS ANDROIDES
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TRATAN A LOS ROBOTS COMO AMIGOS
Los soldados que no amaban a las mujeres, pero sí a los androides
La misoginia en las fuerzas armadas de Estados Unidos, llevada al extremo de la agresión sexual a mujeres en el seno del ejército, se convirtió hace pocos meses en una cuestión de Estado que obligó a hablar a Obama, después de que el Pentágono presentase un informe demoledor. En 2012, se produjeron 26.000 agresiones, con un aumento del 35% desde 2010. Salen a una media de 70 al día, aunque la mayoría no se denuncian.
"Traicionan al uniforme que visten", dijo Obama. A quienes no parece que vayan a traicionar los militares norteamericanos es a los robots de guerra que les acompañan en algunas misiones. A ellos, les aman. Tanto es así, que se está produciendo un fenómeno antropológico de lo más interesante.
Tradicionalmente, la ciencia ficción se había imaginado el futuro de las relaciones entre humanos y robots como una distopía radical donde los unos se odian a los otros, tendiendo hacia una voluntad de destrucción mutua, como en el caso de Matrix, Sueñan los androides con ovejas eléctricas o El Hombre Bicentenario.
Les ponen nombres (también se los tatúan), les atribuyen géneros, les rinden homenajes y los entierran con honores. Podría ser una anécdota curiosa, pero ya está sobre la mesa un controvertido debate. ¿Podría afectar la empatía hacia las máquinas en las decisiones de los soldados? ¿Pondrían en riesgo una misión a causa de su simpatía hacia un robot?
Las conclusiones del estudio
La noticia ha surgido a raíz de las declaraciones de un profesor de la Universidad de Washington, Julie Carpenter, que después de entrevistar a un grupo de 23 artificieros de élite del ejército norteamericano, como parte de una investigación sobre las relaciones entre humanos y robots que publicará en forma de libro, ha llegado a la conclusión de que los soldados tratan a los androides, en gran medida, como a seres humanos.
Los corolarios de Carpenter son tres:
a) Los soldados experimentan la sensación de que los robots de guerra son una extensión de su propio cuerpo, y se sienten frustrados cuando se produce un fallo mecánico o ante la imposibilidad de realizar un movimiento concreto.
b) Los soldados experimentan un sentimiento de pérdida similar al que se produce cuando se muere un ser querido cuando el robot de guerra que está asignado a su mando sufre un daño fatal durante una misión.
c) Los soldados experimentan emociones como tristeza, ira o pena en relación a los robots de guerra, aunque afirman que sus sentimientos hacia los robots no afectan en ningún caso a su toma de decisiones.
Consecuencias drásticas
En la actualidad, los robots de guerra son agentes militares secundarios, e imprescindibles, que se utilizan para ejecutar misiones peligrosas sin poner en riesgo vidas humanas. Labores como la detección de explosivos -por ejemplo, en conflictos como Irak- , la desactivación de armas químicas o la protección de las élites políticas en determinados eventos.
Es precisamente su función de riesgo la que inspira este tipo de emociones en los soldados que interactíuan con los androides. Los soldados sienten, en el fondo, que los robots se están sacrificando en su nombre, poniendo en peligro su existencia artificial por una causa justa.
En un momento en que la investigación en el campo de los robots de guerra se encamina a dotar a estos androides de características más humanas desde el punto de vista morfológico, para que puedan realizar movimientos ahora imposibles, como subir escaleras, se plantea un dilema. ¿Si los soldados sienten empatía por robots que no pasan de ser un amasijo de engranajes y circuitos, que ocurrirá cuando se parezcan más a nosotros? ¿Se sentirán culpables los soldados por sacrificar a un robot?
A raíz de la publicación de la noticia, en Reddit ha surgido un hilo de discusióndonde han aparecido nuevas experiencias de soldados. Uno de ellos, con el pseudónimo red_one_foxtrot, refiriéndose a un robot de nombre Boomer, explicó: "La maldita milicia Mahdi se lo llevó de este mundo demasiado pronto". La respuesta de mastersterling fue la siguiente: "Siento tu pérdida. A un Marcbot con el que trabajé se le otorgó el Corazón Púrpura, y celebramos un entierro con 21 cañonazos. A algunos les molesta, pero esos pequeños bastardos pueden desarrollar una personalidad, y ahorran muchas vidas".
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