"El banco central sigue manteniendo estos estímulos como
una herramienta para ayudar a la economía real. Pero el programa es lo que es:
el mayor rescate por la puerta de atrás de toda la historia de Wall
Street", es la confesión de Andrew Huszar un ex-funcionario
de la FED en The Wall Street Journal.
Pues por lo que veo, allí en
Estados Unidos, al igual que en España (bajo las legislaturas de Rajoy y
Zapatero), y en otros países de Europa, se ha rescatado a los especuladores
financieros que apostaron (con la complicidad e irresponsabilidad de los
políticos a los que una economía sobrecalentada le iba muy bien para llenar las
arcas públicas a base de tributos y con ello forrarse a base de corruptelas
gracias a que fluía el dinero abundantemente, y de organismos como por ejemplo
la españoa CNMV, que en realidad no vigilaba nada) en un "economía de
casino" sobrecalentando una burbuja financiero inmobiliaria más allá de lo
razonable, y lo han ido haciendo con grandes cantidades de dinero público
arrancadas de la economía real, con una mayor presión fiscal y menos créditos a
las familias y a las empresas, y haciendo importantes recortes en los servicios
sociales básicos del Estado del Bienestar
como sanidad, educación, pensiones,.... Es decir, para resolver el marrón,
los políticos han socializado las pérdidas a cargo de los contribuyentes,
mientras que los especuladores y sus cómplices políticos irresponsables han
podido ir salvando sus fortunas gracias a las inyecciones de dinero público,....haciendo
un mundo más injusto y desigual, donde los ricos que mueven los hilos de la
economía son cada vez más ricos, las clases medias cada día desaparecen más, y
un porcentaje cada vez mayor de la población entra línea adentro de lo que se
considera por "umbral de la pobreza" y además de una forma ya crónica
.
En fín, que la gran chapuza
política sigue siendo imprimir billetes, dar facilidades a los bancos para
comprar deuda pública a precio de cuento de la lechera (el banco central
europeo, por ejemplo, lo presta al 1% o menos a los bancos, y los bancos
compran deuda pública con la que obtienen un 4 ó 5% de beneficio), subir e
inventar nuevos impuestos, hacer recortes, y ser incapaces de "reinventar
el capitalismo" (según expresión del ex presidente francés Nicolas Sarkozy)
más acorde con los tiempos que vivimos. En otras palabras, lo que en realidad
se hace es marear la perdiz para servir a los intereses y conveniencias de la
élite oligarca, y la prioridad no es precisamente el crecimiento económico, la
creación de empleo, y el apoyo y fomento de la emprendeduria que permita a
cualquiera tener facilidades para prosperar y crear riqueza por medio del
trabajo mínimamente digno y honrado. Y tampoco importan demasiado las penurias
de las clases más modestas y afectadas por el paro y la crisis.
Enfín, políticos de una
ignorancia supina, que son incapaces de tomar las medidas adecuadas.
"SOLO PUEDO DECIR LO SIENTO, EEUU":SE CONFIESA UNO DE LOS JEFES DE LOS ESTÍMULOS DE LA FED
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"Solo puedo decir lo siento, EEUU": se confiesa uno de los jefes de los estímulos de la Fed
- "El QE es lo que es, el mayor rescate por la puerta trasera de Wall Street"
- Son palabras de Andrew Huszar, responsable del primer Quantitative Easing
Imagen: Archivo
"Sólo puedo decir: lo siento, Estados Unidos". Son palabras que pronuncia Andrew Huszar, exfuncionario de la Reserva Federal de EEUU (Fed) y responsable del primero de los tres programas de estímulo económico orquestados por el organismo, conocidos como QE oQuantitative Easing.
"El banco central sigue manteniendo estos estímulos como una herramienta para ayudar a la economía real. Pero el programa es lo que es: el mayor rescate por la puerta de atrás de toda la historia de Wall Street", en referencia al mercado e instituciones financieras estadounidenses.
Estas declaraciones forman parte de un artículo de opinión firmado por el propio Huzsar y que recoge The Wall Street Journal, bajo el título de Confesiones de un Quantitative Easer.
En el mes de noviembre de hace cinco años, la Fed puso en marcha un programa de compras de bonos sin precedentes, que llevó al organismo a inyectar hasta marzo de 2010 la cantidad de 1,725 billones de dólares con la compra de deuda hipotecaria y pública. Por aquel entonces, el Congreso de EEUU ya había aprobado una nueva ley, el TARP (Troubled Asset Relief Program) para detener la caída libre del sistema bancario de EEUU, pero "el dolor económico seguía disparado", confiesa Houszar.
La Fed se planteó entonces ayudar a través de un nuevo programa de compra masiva de bonos. Tenía otros objetivos, pero el presidente de la institución, Ben Bernanke, dejó claro que su motivación central era incidir en las condiciones de crédito para los hogares y las empresas: reducir el coste del crédito para que más estadounidenses pudieran beneficiarse de ello y superar la recesión.
Cuando Huszar recibió la llamada de la Fed para capitanear ese proyecto ya no trabajaba en el organismo porque lo había dejado a principios de 2008. "Lo que me ofrecían era un trabajo de ensueño. Pero había llegado a creer poco antes que la independencia de la Fed se estaba erosionando. Sin embargo, al ver que muchos altos funcionarios del banco central empezaban a reconocer públicamente ciertos errores, acepté", escribe.
"Un comercio sin guión"
En sus casi 100 años de historia, la Fed nunca había comprado un bono hipotecario, prosigue el artículo que recoge el WSJ. Y "ahora, mi programa estaba comprando tantos en un comercio sin guiónque constantemente nos arriesgábamos a estrellar la confianza global en los mercados financieros. Eso sí, trabajábamos febrilmente para preservar la impresión de que la Fed sabía lo que estaba haciendo".
Pero a pesar de la retórica de la Fed, señala Huszar, el programa no estaba ayudando a hacer el crédito más accesible para el estadounidense medio. Los bancos daban cada vez menos préstamos. Y más preocupante aún, fuese el crédito que fuese el que estaban concediendo, no era mucho más barato. "Al final era Wall Street quien se embolsaba la mayor parte del dinero extra".
"Desde las trincheras", otros funcionarios de la Fed también comenzaron a expresar la preocupación de que el QE no estaba funcionando según lo previsto. "Nuestras advertencias cayeron en oídos sordos, y la única obsesión parecía ser qué decían las más recientes encuestas de expectativas de los mercados financieros. Lo siento, contribuyente de EEUU", confiesa Huszar.
El primer QE finalizó en marzo de 2010 y su balance final confirmó que supuso tan sólo un alivio trivial para el ciudadano, para la economía real, pero sí una auténtico golpe, en el sentido positivo, para Wall Street, que experimentó su año más rentable en 2009 y 2010 empezó casi de la misma manera. Los bancos también disfrutaron de enormes ganancias y sacaron provecho de su tenencia de unos valores crecientes y unas enormes comisiones de la mayoría de transacciones de intermediación de la Fed.
Pero sólo unos meses más tarde, después de una caída del 14% en el mercado de valores de EEUU y de una renovada debilidad en el sector bancario, la Reserva Federal anunció una nueva ronda de compra de bonos: el QE2. El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, calificó inmediatamente la acción de la Fed como de alguien que "no tiene ni idea". Entre noviembre de 2010 y junio de 2011 imprimió 600.000 millones de dólares adicionales con la adquisición de deuda pública.
"Fue entonces cuando me di cuenta de que la Fed había perdido la capacidad de pensar independientemente de Wall Street. Desmoralizado, regresé al sector privado", confiesa Huszar.
¿Y dónde estamos hoy? Pues en septiembre de 2013 la Fed puso en marcha el tercer y actual QE, por el que compra 85.000 millones de dólares mensuales. "Lo que sorprende en un país supuestamente de libre mercado, el QE se han convertido en la mayor intervención de los mercados financieros acometida por cualquier gobierno en la historia mundial".
¿Y el impacto? Incluso para los cálculos más optimistas de la Fed, en cinco años el programa de estímulos económicos ha generado tan sólo unos pocos puntos porcentuales de crecimiento. Por contra, expertos fuera de la Fed, como Mohammed El Erian, de Pimco, sugiere que la Fed puede haber generado un gasto superior a 4 billones de dólares para un rendimiento total de tan sólo el 0,25% del PIB.
En cambio, los bancos estadounidenses han visto triplicar desde marzo de 2009 el precio de sus acciones de forma colectiva. "Para el resto de Estados Unidos, suerte", señala el artículo del WSJ.
Debido a que las distintas ediciones del QE han ido bombeando dinero implacablemente en los mercados financieros durante los últimos cinco años, han eliminado la urgencia de Washington para hacer frente a una verdadera crisis: la de una economía estructuralmente defectuosa, añade Huszar.
"Incluso cuando se observa que hay deficiencias en el QE, el presidente Bernanke sostiene que un poco de acción de la Fed es mejor que nada. La cuestión es que la Fed está debidamente compensando el resto de la disfunción de Washington. Pero el banco central se encuentra en el centro de esa disfunción", concluye Houszar. "Ha permitido que el QE se convierta en la nueva política de Wall Street de demasiado grande para quebrar".
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