El tiempo corre inexorable para todos nosotros, y es inevitable envejecer, pero el modo en que lo haces y tu calidad de vida dependen solo de ti. El reloj avanza, pero tú puedes hacer que vaya más despacio.
A partir de los 30 comienzan a deteriorarse varias constantes que limitan tus capacidades, como puede ser el pulso, la frecuencia cardiaca máxima. Tu corazón va perdiendo capacidad de bombear sangre y oxígeno, la sangre se va haciendo más espesa; todo ello produce que nuestra actividad aeróbica se vea limitada e incluso se reduzca, lo que lleva aparejado una ganancia significativa de peso. A partir de los 40 comenzamos a perder musculatura, lo que reduce nuestra movilidad; los reflejos se van ralentizando, empezamos a perder neuronas y la memoria empieza a perder facultades.
El panorama pinta negro, pero hay estudios publicados por prestigiosas universidades americanas que confirman que el ejercicio y la carrera pueden invertir y retrasar este proceso. Así lo afirman expertos de la universidad de Harvard y de Illinois, que argumentan que la mayoría de estos deterioros se producen porque a partir de cierta edad dejamos de hacer ejercicio, no usamos ciertas partes vitales de nuestro organismo, y esto provoca la aceleración del deterioro de muchas funciones.
Ya en el siglo XVII el doctor escocés Buchan afirmaba que nada contribuía más al envejecimiento que la falta de ejercicio. Estas investigaciones han venido a demostrar ahora que esta teoría era cierta.
El hecho de estar más o menos en forma y en tu peso puede suponer una expectativa de vida de al menos 7,2 años másLa universidad de Texas pidió a un cierto número de voluntarios de 20 años que durante sus vacaciones solamente reposaran en la cama. Tres semanas después, encontraron que al final de este periodo sus constantes se habían deteriorado hasta niveles similares a los de una persona de 40 años. Posteriormente pidieron a otro grupo de voluntarios de 40 años que durante un mes siguiera un plan de entrenamiento y tonificación muscular. En seguida comprobaron como sus constantes mejoraban hasta ser similares a lo de una persona diez años menor.
Actualmente existe consenso unánime a nivel científico en la recomendación de que hay que realizar un mínimo de 2,5 horas de ejercicio a la semana, para mantener un buen nivel y calidad de vida.
Estos estudios concluyen también que los beneficios no se quedan sólo en una mejora del aspecto físico y un bienestar inmediato, sino que realizar ejercicio regularmente alarga la vida. Profesores y médicos de Harvard y del instituto Nacional de Cáncer de USA afirman que cada minuto que inviertas en hacer deporte y estar activo te producirá un retorno de hasta 7 minutos más de vida. El hecho de estar más o menos en forma y en tu peso puede suponer una expectativa de vida de al menos 7,2 años más.  
La importancia de una buena calidad de vida
Hasta ahora se creía que una actividad física diaria y moderada podía alargar la vida hasta cuatro años, pero recientes estudios universitarios realizados en universidades de Australia confirman que estos cálculos se quedaban cortos. Estas investigaciones se basaban en realizar ejercicio moderado, como nadar o andar rápido. Ahora se sabe que, si los sustituyes por carrera continua, necesitarías la mitad de tiempo para alcanzar el mismo resultado.
Asimismo, investigadores de la universidad de Illinois han concluido que aquellas personas que hicieron 75 minutos de ejercicio moderado a la semana aumentaron la esperanza de vida alrededor 1,8 años. Afirman que cuanto más intenso es el ejercicio más mejoras obtienes y más prolongas tu calidad de vida. Los mayores beneficios los obtenían aquellas personas que realizaban alrededor de 450 minutos de actividad moderada a la semana. Este grupo vio prolongar su vida una media de hasta 4,5 años más que otro grupo de la misma edad que no hacía ejercicio.
Estudios similares del profesor Stuart Olshansky de la Universidad de Illinois concluían que correr regularmente puede prolongar la vida útil hasta 6 años.
Nunca es tarde para empezar, da igual la edad a la que decidas invertir en tu saludOtros estudios realizados por el Colegio de Cardiología Americano demuestran que el sedentarismo es casi tan nocivo para la salud como el tabaco. Aquellas personas que permanecen sentadas más de 6 horas al día tienen una expectativa de vida de hasta un 40% menor que aquellos que no pasaban más de 3 horas es esta posición cada día.
Por ello, la sola posibilidad de vivir en mejores condiciones físicas y mentales debería motivarte para realizar ejercicio a diario. Olvida la pereza y el clásico “mañana empiezo”. Piensa que hacer ejercicio es la mejor inversión a corto y a largo plazo que puedas hacer. ¡Vivirás más y mejor! 
Nunca es tarde para empezar, da igual la edad a la que decidas invertir en tu salud. Siempre vas a notar los beneficios y tu organismo va a mejorar todas sus constantes, tengas la edad que tengas. Lógicamente cuanto antes empieces y más ejercicio hagas, mejor.
Se puede concluir, por tanto, que el ejercicio es lo más parecido que existe a beber de la fuente de la eterna juventud.
Sesiones de 45 minutos serían suficientes para vivir más tiempo en plenitud.
La mejor combinación de ejercicios sería ésta:
  • 15 minutos de ejercicios de fuerza. Fondos, tríceps y bíceps para tonificar el tórax.
  • 5 minutos de abdominales. Fortalecer esta zona es probablemente el ejercicio más importante.  
  • Y 25 minutos de carrera en el que intercalar ritmos rápidos y otros más fáciles.
Añade un par de sesiones de yoga a la semana, mantendrás y mejorarás la elasticidad necesaria que pierdes sin remedio cada año.