martes, 12 de marzo de 2013

EL CORREO ELECTRÓNICO PODRÍA CONVERTIRSE EN LA PRÓXIMA VÍCTIMA DE LOS IMPUESTOS







Alucinante noticia, aunque creo que, tal como están las cosas, no debería de sorprender a nadie: “El correo electrónico podría convertirse en la próxima víctima de los impuestos en EEUU: en la ciudad de Berkeley debaten si aplicar una tasa al e-mail por la caída sufrida por el correo tradicional.”. “Así, asumimos como normal que con la gasolina se financie la sanidad en algunas comunidades (el conocido ‘céntimo sanitario’) y otro tanto de lo mismo puede deducirse de las tasas que se aplican a alcohol y tabaco. ¿Por qué no cobrar un impuesto para cada correo enviado?”, es lo que dijo uno de los políticos que lanzó la idea.  Espero que no se enteren nuestros políticos, porque, con la tremenda codicia recaudatoria que hay aquí y el tremendo despilfarro público que hay en todos los sentidos,  seguro que les copian la idea. Lástima, además, que para arreglar el paro sí carecen de buenas propuestas.

EL  CORREO  ELECTRÓNICO  PODRÍA  CONVERTIRSE  EN  LA  PRÓXIMA VÍCTIMA  DE  LOS IMPUESTOS



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SE PLANTEA EL DEBATE EN EEUU

El correo electrónico podría convertirse en la próxima víctima de los impuestos

José Mendiola   12/03/2013  (06:00)1


En un pleno municipal, un asunto candente sobre la mesa: USPS había planteado ya vender su sede en la ciudad ante el declive de la facturación en una sociedad cada vez más reacia al papel, y más proclive al ancho de banda. El asunto no era baladí para la comunidad y los concejales se revolvieron incómodos en sus asientos. Uno de ellos, Gordon Wozniak (nada que ver con ‘Woz’ el cofundador de Apple), fue al pleno con los deberes hechos. Había logrado cuadrar las cifras y encontrar una solución ‘sostenible’ al cierre de ese edificio en concreto, y por extensión a todo el servicio de correos: imponer una tasa al uso del email.

Su defensa fue encendida y entusiasta: la bestia negra de todos los males que afectaban al entrañable servicio de correos venía del World Wide Web. ¿Por qué no establecer un impuesto al uso del correo electrónico? A nuestro aguerrido protagonista le salían las cuentas: con esa tasa se financiaría el mantenimiento del correo tradicional, y este peculiar ‘Woz’ se anticipó a la avalancha de críticos que le acusarían de retrógrado, al avanzar que parte de los ingresos provenientes de esta tasa podría “reinvertirse en mejorar el ancho de banda” o dedicar el excedente a otros menesteres.

Una tasa muy recurrente

La columnista del Washington Post, Rebecca Grant, corre a sugerir que esta medida podría considerarse como tasar la gasolina para revivir los carruajes de caballos aunque el propio Wozniak también estaba preparado para esta alusión.

Este osado concejal ha defendido su postura precisamente en un correo electrónico enviado a un blog de noticias local, en el que argumenta que este 'modus operandi' impositivo se aplica ya en otros terrenos. Así, asumimos como normal que con la gasolina se financie la sanidad en algunas comunidades (el conocido ‘céntimo sanitario’) y otro tanto de lo mismo puede deducirse de las tasas que se aplican a alcohol y tabaco. ¿Por qué no cobrar un impuesto para cada correo enviado? 

Wozniak argumenta, además, que con esta medida se acabaría de una vez por todas con el spam, una bestia negra que pone en riesgo el email como herramienta efectiva de comunicación.

Pero dejando de lado lo peregrino o no de la idea, los expertos han puesto ya el grito en el cielo ante la imposibilidad de llevarla a efecto. ¿Cómo poner en práctica esta medida técnicamente? Por otro lado, una tasa sobre el uso del correo electrónico situaría si cabe en una posición todavía más frágil a esta forma de comunicación, ya tocada seriamente por los sistemas de mensajería de las redes sociales o las aplicaciones de chat.

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