En casa de Marta, una madrileña de 33 años, nunca faltó de nada. Su padre era ingeniero de telecomunicaciones y su familia prosperaba sin mayores dificultades. Cuando empezó a estudiar arquitectura pensó que el esfuerzo merecería la pena. Quince años después, con sólo cinco años de vida laboral, la echaron del estudio donde trabajaba. Hoy, cuando hablamos con ella, está a punto de perder el paro. Montó una empresa junto a otra amiga arquitecta, en un campo que poco tiene que ver con lo suyo, pero se las ven y las desean para sacarla adelante. Sin cobrar un duro. Están pendientes de recibir un crédito que les permitiría cobrar un sueldo de 1.000 euros. “Sería una buenísima noticia, es como si fueras rica”, asegura.
En el espejo de Marta puede mirarse gran parte de la juventud española. El concepto de mileurista, como algo negativo, quedó atrás. Con la mitad de los jóvenes menores de 35 años en el paro, llegar a fin de mes con esa cifra suele considerarse un logro. Y es también algo cada vez más común, hasta el punto que los datos actuales y los últimos estudios al respecto apuntan a un cambio profundo: una nueva clase de parados y ‘trabajadores pobres’, que no conoce de edades ni de niveles de formación, está creciendo en la base de la sociedad.
La ‘novísima’ clase trabajadora
“Todavía no soy plenamente consciente de que soy de clase baja”, comenta Marta. Como todos sus amigos, estaba más acostumbrada a ‘sentirse’ de clase media, algo que compartían el 63% de españoles en el año 2007, según los datos que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Se trata de un porcentaje que ha ido desinflándose a la par que la burbuja inmobiliaria, hasta que, en noviembre de 2011, volvió a un modesto 55%. Quienes se consideran de clase baja, a cambio, no han dejado de crecer en los últimos diez años: un 8,5% de la población. El fenómeno es tan evidente que los sociólogos han tenido tiempo, incluso, para darle nombre: la desmesocratización, el fin de la clase media tal como la conocíamos.
Cierto es que se trata de una percepción subjetiva, aunque va de la mano de otros factores más conocidos: el paro, la desigualdad o las nuevas normas del mercado laboral son algunos de ellos. Un cóctel del cual el sociólogo Juan Miguel García ha extraído la idea clave de su tesis doctoral, presentada este verano en la Universidad Autónoma de Barcelona: existe una nueva clase trabajadora. Y no es tan distinta a la de hace un siglo.
“No sé si me atrevería a decir que es un nuevo proletariado, pero sí es una nueva clase trabajadora que se parece mucho a la clase obrera clásica”, asegura García a El Confidencial. En su opinión, se trata de un colectivo que encaja perfectamente en la acepción con la que tradicionalmente se identifica a este grupo social: ni controla los medios de producción, ni tiene la capacidad de decidir sobre muchos aspectos de su propia organización del trabajo, ni puede poner en valor su capital humano.
El 62% de todos los asalariados españoles cobra por debajo de los 22.800 euros anuales¿Y quién conforma esta clase? Por un lado, están los  “grupos vulnerables en el mercado del trabajo”: mujeres, jóvenes, inmigrantes y personas con baja formación. A las mujeres les sigue afectando más el paro y, además, cobran significativamente menos que los hombres que ocupan sus mismos puestos. Jóvenes e inmigrantes, por su parte, han dejado de mirar a España como lugar para implantar su vida futura.
Pero hay nuevos nuevos integrantes de esta clase social, cada vez más heterogénea. Según una de las hipótesis de García determinados sectores laborales que hasta ahora estaban más prestigiados se están integrando en esta nueva clase trabajadora debido al importante retroceso de las condiciones laborales. Es donde encajaría Marta, la arquitecta que ahora se felicita por sus mil euros mensuales. Pero no sólo: “Pienso por ejemplo en los periodistas”, explica el investigador, “o también en los trabajadores de determinados servicios financieros, venta de seguros o consultoría donde se les pide una intensificación de los ritmos de trabajo muy grandes sin que se recompensen con buenos salarios”.
Los datos de la Encuesta de Estructura Salarial de 2011, publicados en 2013, apoyan esta tesis. En los últimos años, los “profesionales de alto nivel y experiencia en materia de ciencias físicas y biológicas o ciencias sociales y humanidades”, según la definición estadística, se encuentran entre quienes más han visto bajar sus salarios entre 2011 y 2012. Con ellos, los trabajadores de seguros y actividades financieras y los de la hostelería.
Esta disminución afecta a más de la mitad de las personas que trabajan en España. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el salario medio ha experimentado un ligero crecimiento en el último año. Sin embargo, más de la mitad de los empleados en España no alcanza esa media: el 62% de todos los asalariados españoles cobra por debajo de los 22.800 euros anuales.
Marina Arrimadas, arquitecta de 37 años, en la Línea de la Concepción. (Reuters)
Del trabajo precario a la desigualdad
La opinión de García no es compartida por todos los sociólogos: Hay quien es aún más pesimista. José Félix Tezanos, catedrático de Sociología de la UNED, es uno de los investigadores españoles que ha estudiado más a fondo las clases sociales. Bajo su punto de vista, con seis millones de parados, hemos llegado a un punto en el que resulta poco realista hablar de clase trabajadora. “Estamos utilizando conceptos engañosos, no podemos llamar clase trabajadora a los que no trabajan”, asegura Tezanos. “Hay una situación tan nueva… Antes el trabajador era necesario para que algunos ganaran, ahora hay gente que gana sin necesidad de que nadie trabaje para ellos”.
El resultado de esta situación es una profunda desigualdad. Que no sólo alcanza a parados, sino también a una gran parte de los trabajadores asalariados. Basta con observar la evolución salarial en Europa. Según Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, en España la desigualdad entre quienes más y quienes menos cobran se ha disparado desde el 2007. Si relacionamos los ingresos de la población que gana más que el 80% del resto de ciudadanos con los del 20% que gana menos (una relación estadística muy utilizada en comparaciones de este tipo), España se sitúa a la cabeza de la desigualdad. Desde el 2008 nuestro país ha dejado atrás al grupo de países entre los que suele ser incluida: Grecia, Italia e Irlanda. Los últimos datos disponibles sitúan a España a la cabeza de Europa en desigualdad, por detrás sólo de Rumanía y Bulgaria.
Es por esto que, según Tezanos, se puede hablar de exclusión, un concepto que alcanza a más del 55% de la población española. Se trata de una masa conformada por parados y los llamados “trabajadores pobres”, aquellos que, pese a tener un trabajo, llegan a fin de mes por los pelos. Un reciente informe de Nielsen destaca que, el pasado año, un 48% de la población española sólo pudo afrontar los gastos relacionados con vivienda y alimentación.
“En los países de la OCDE a mediados de los 70 el número total de desempleados estaba en torno a los 10 millones, entre los cuales casi ninguno eran parados de larga duración, eran de ciclo corto”, explica Tezanos. “Ahora los países de la OCDE, los más ricos del planeta, tienen cerca de 50 millones de parados, sin contar a los precarios. No estamos hablando de la nueva clase obrera, estamos hablando de la novísima clase obrera: se vuelve a las situaciones anteriores, de deterioro y precarización general de las condiciones trabajo”
Trabajadores de Troqueleria Del Norte, una empresa manufacturera de piezas de automóviles. (Reuters)
El retrato de la exclusión
Los sociólogos entrevistados coinciden en que son los jóvenes “el sector preponderante y mayoritario” de esta nueva “conciencia de situación social”. Sin embargo, tanto García como Tezanos identifican también como parte de los excluidos a los desempleados de más de 50 años, que se enfrentan al paro de larga duración y a una empleabilidad que tiende a cero.
Pedro es uno de los 861 trabajadores que perdieron su empleo tras el ERE que Telemadrid firmó a principios de este año y que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid consideró “no ajustado a derecho”. Los extrabajadores, a la espera de que el Tribunal Supremo ratifique la sentencia, saben que es extremadamente difícil que vuelvan a trabajar en su ámbito. De la noche a la mañana han pasado de tener un trabajo bien pagado y un convenio digno a no tener nada.
Casi el 20% de las personas de más de 50 años no tiene un trabajo“Después de despedirnos nos metieron en un curso en el que supuestamente te asesoraban para encontrar trabajo”, explica Pedro, que ejercía de regidor de plató. “El mensaje que se intentaba transmitir era que quienes creíamos tener un trabajo para toda la vida estábamos equivocados. El error era nuestro”, recuerda.
Muchos de los despedidos de Telemadrid son personas de más de 50 años, con vocación y estudios para trabajar en televisión, pero no en otro sitio.“Había gente que tenía el currículum en un disquete y no hacía uno nuevo desde los años 80”, asegura Pedro. Ahora es casi imposible que encuentren trabajo ni “de lo suyo” ni de cualquier otra cosa.
El número de personas con más de 50 años, quizás con una familia sobre sus hombros, pero sin un trabajo, alcanzó su pico máximo en 1997. Desde la Transición era la primera vez que el 12% de españoles con este perfil estaba en el paro. En su momento parecía un mal dato, pero lo peor estaba por llegar. La crisis económica ha disparado el desempleo en esta franja de edad. Hoy, según los datos de la Encuesta de Población Activa, casi el 20% de las personas de más de 50 años no tiene un trabajo. Y, como apunta Pedro, “lo que encontramos cuando buscamos empleo son ofertas para hacer sustituciones de limpieza en Usera por las noches”.
Elena Montes, auxiliar administrativa de la Línea de la Concepción. (Reuters)
¿Hacia un nuevo movimiento obrero?
Mujeres, inmigrantes, parados de más de 50 años y jóvenes bien formados que no alcanzan los 1.000 euros mensuales. Una nueva clase que, apunta García, no cuenta con ningún apoyo político: es vulnerable. “No sé si de forma consciente o inconsciente o porque la vida es así, los sindicatos se han volcado con aquellos sectores y actividades en los cuales su grado de penetración era más grande”, argumenta el sociólogo.
Cada vez cae más gente en la parte de abajo y llegará un momento que habrá tanta que se va a producir un desequilibrio sistémico del modeloAl igual que en el siglo XIX y la primera mitad del XX la clase obrera se organizó para luchar por sus derechos, ¿es probable que surja un nuevo movimiento obrero, distinto al tradicional, que haga renacer el concepto de lucha de clases que parecíamos haber olvidado? “Serán los nuevos trabajadores los que, una vez convertidos en clase social, podrán reivindicar de una forma eficaz mejoras en las condiciones de trabajo y por tanto en sus condiciones de vida”, explica García.
Las formas, como demuestran día a día las nuevas protestas en las plazas españolas, no son las mismas que hace cien años. “Está surgiendo una nueva conciencia de clase, en forma de protestas y resistencialismo”,asegura Tezanos. “Algunos la definen como la fase del no: los movimientos surgen primero con la negativa, no queremos esto, hay estallidos en la calle y protestas. Luego surgirá una articulación”.
Al final, aseguran los dos investigadores, el desequilibrio y la desigualdad acabará siendo insostenible. “Cada vez cae más gente en la parte de abajo y llegará un momento que habrá tanta que se va a producir un desequilibrio sistémico del modelo: es la ley de gravedad”, concluye Tezanos. Pero nadie se atreve a aventurar qué surgirá después.













#12vikinga(11:08)
La materia no se crea ni se destrye..... en un país turístico y de economía sumergida que esperan? aun me parecen pocos solo el 55%. Aunque viendo la cantidad de votantes de la derecha ,mas bien parece que este sea un país de millonarios.  Claro que con paletas de albañil cobrando 4000 pavos mes no me extraña nada. Algunos se lo creyeron.

Conozco a muchos descamisaos que dicen: yo soy del PP (serán prkopiedad del PP?) tan solo para soñar con ser rico y así darse el pegote de estar próximo a los ricos.
La clase social es lo que uno sienta y me parece que hay mucha clase media, media alta y alta , de sentimiento claro
#11aira(11:02)
Sin restar valor y verdad al artículo me ha extrañado eso de que ahora tendremos que ser trabajadores

Y no estará ahí una parte del problema?? será que yo siempre me he considerado de la clase social trabajadora que sinceramente no he caído de clase. Continúo en la mismita desde que tengo uso de razón y creo que aunque fuese millonaria en la misma continuaría estando.

Que tenemos un problema en España enorme es verdad, pero el gran problema viene de haber hecho las cosas mal. Han llegado a existir más arquitectos para hacer un edificio que albañiles y claro, luego la mano de obra del albañil se pagaba a precio de oro.

-Mal reparto de las carreras universitarias, poco fomento de la Formación Empresarial, ambas no enfocadas al mundo laboral.

-Crédito masivo para consumir productos fabricados por otros.

-Sueldos millonarios, desproporcionados la mayoría de las veces.

-Especulación tanto en dirigentes como en los ciudadanos. Tengo 2000€ ahorrados pero ni me hicieron falta porque el banco me ha dado para el piso entero, el coche y las vacaciones de un par de años.

-Consumo y más consumo de cosas innecesarias.

-Querer ser lo que ni de lejos se era. Como fulanito o menganita viste de Prada yo no voy a ser menos.

Nos hemos pasado y ahora, a pagarlos todos y veremos como salimos. Eso sí más vale que nos olvidemos de clases que salvo el que puede vivir de rentas todos somos currantes.
#10nis37(10:38)
Pronto saldremos todos de la clase baja. No dicen por ahí que llueve dinero en España?. Una pena. (La España, digo.)
#9papandreu(10:35)
Vd da una clave muy importante, la reinvención personal. Hay mil argumentos para quejarse, y probablemente todos ciertos, pero el cambio más duro se da siempre en el interior de uno o no se dará en ningún otro sitio: considerar la queja como una "opción no válida". 
Tengo 42 años, llevo 15 de vida laboral, aún me quedan probablemente 28 años para poder jubilarme, por lo que estaría en el primer tercio de mi vida laboral aún, pero ya soy viejo para muchísimos de los escasos trabajos que se ofertan.
Tengo trabajo de momento, pero si me echan a la calle me echan a los leones, como a casi todos ahora mismo. 
Supongo que algún día no habrá que repartir la miseria, y entonces será todo algo más fácil, pero mientras tanto pienso que vendrán tiempos mejores, si no no me levanto por las mañanas.
#8grisom35(10:33)
La emigración es la salida fácil, aunque dura (se lo dice alguien que lo ha hecho un tiempo), y diría que hasta cobarte. Lo valiente es quedarse aquí y luchar para acabar con la casta político-financiera que nos está machacando. Para ello tenemos un arma, el voto, que usada de forma inteligente puede ser de destrucción másiva. Pero para ello hay que romper en general con el miedo, con la duda, y saber cuales son los verdaderos enemigos. La situación de España actualmente me recuerda a una mujer (u hombre, persona en todo caso) maltratada. Por una parte, se queja amargamente de las humillaciones, provocaciones, violencia y malos tratos que sufre. Pero como suele ocurrir en muchos casos, por otra parte tiene miedo y no se atreve a abandonar al que la maltrata, siente dudas, se plantea que será de mí... cuando realmente no puede ser nada bueno si sigue apoyando a esa casta politico-financiera que la está machacando. Hay que cambiar, dejar de votar a los partidos complices de todo lo que está ocurriendo y votar a otros que teniendo una línea correcta y de sentido común, ofrezcan algo nuevo, que no sean personas implicadas o profesionales de la política, sino ciudadanos normales que han dado el difícil paso de enfrentarse a un dragón mediático que los puede devorar. A su vez... qué podemos hacer el resto de ciudadanos? Pues a parte de usar el voto con cabeza y no con la viscera, hablar, "evangelizar" a nuestro en torno, hacerles ver que ya está bien, que no podemos seguir así. Hay que cambiar, y tenemos una buena oportunidad para hacerlo, las próximas elecciones europeas de 2014, puede ser un buen ensayo general. Piénsenlo, lo que está claro es que no se puede seguir soportando más a quien te pega.
#7spottorno(10:19)
En general, cuando las personas tienen la suerte de encontrar un buen trabajo, o bien emprenden alguna actividad personal, se ven inundadas inmediatamente por el azote de esta sociedad EL CREDITO.

Una vez endeudados (hipotecas, tarjetas, prestamos, créditos, etc), pasamos a ser esclavos del sistema que no nos va a dejar nunca de tener que dedicar 50, 60, 70% de lo que ganamos a la deuda.  Lo mismo que pasa globalmente con los países.

Son muy pocos los que pueden y/o creen oportuno no hacer algo sin deuda, y menos todavía los que pueden o creen en ahorrar y poder trabajar en corto plazo con capital propio, y no tener NINGUNA deuda.

Hoy, una persona pierde su trabajo o disminuye sus ingresos y al día siguiente ya tiene a todos sus acreedores encima, algunos verdaderos acosadores diarios y constantes, hasta que de aquella persona, aparentemente en progreso, no queda nada.

Y todavía hoy por hoy, existen algunas ayudas mínimas del estado o de instituciones (ONG.s, caridad, etc.), que hacen que llegar al fondo se posponga la debacle total.

En  algunos países de Europa esta situación de asfixia es reciente, pero en otros países de América, Africa, Asia y Europa, llevan años de deterioro y miseria.

No obstante económicamente se "dice" que hay crecimiento.

¿A donde va a parar esa riqueza?  ¿Quienes son los beneficiarios?

¿Políticos, super-ricos, militares, déspotas, tiranos, corruptos?

Emigrar, dice un forero.   Emigrar por ejemplo para alguien de Ecuador, a España, le borrará de golpe encontrarse con un país que en medio plazo puede llegar a tener las mismas condiciones de su país de orígen.   ¿A donde emigrar? A Alemania, a Francia, a UK, a USA.  Estos sitios empiezan ya a deteriorarse igualmente (véase el caso reciente de la deuda y presupuesto de los Estados Unidos)

Estaremos buscando esas "tablas de salvación", hasta que el avance de la pobreza mundial no deje ya sitio posible para emigrar y suceda lo que tiene que suceder, y que pueda ser como la historia lo demuestra, la debacle total del actual sistema occidental y surja otro, quizá después de la devastación que esto produzca.

Es solo cuestión de tiempo desafortunadamente.
#6loran(10:05)
Menudo engaño aquello de "Estudia, haz una carrera y tendrás una vida tranquila"
#5andaluzrojo(09:56)
La UNICA salida, la UNICA, es QUEDARSE en España, y LUCHAR por los ESPAÑOLES, no por ESPAÑA, por los ESPAÑOLES.

Hay SOLUCION y SALIDAS, empieza todo por REPARTIR EL TRABAJO QUE HAY, lo que no es justo ni hay DERECHO es que hayamos FORMADO a nuestros hijos, a base de esfuerzos, y ahora vengan unos cuantos hijos de puta y los estén EXPLOTANDO, ROBANDO, INSULTANDOLOS y encima, les exigen agradecimiento, y encima los pretendan sacar de sus raíces para, encima, valerse de ellos, para EXPLOTAR a los del País donde vayan.

NO DEBEN IRSE NI UNO, DEBEN LUCHAR por ellos, por su futuro, y por el de los demás ESPAÑOLES.

Parece que hubieran perdido la dignidad. Es posible que haya que CORTAR ALGUN PESCUEZO, no digo que no, pero será un mal menor.
#4maracay(09:43)
Lo mejor que puede hacer alguien preparado y que aún conserve fuerzas es emigrar, es jodido, pero es así. 
#3maracay(09:41)
¿Qué se creen? que en  un país de gañanes iletrados, universidades mediocres y políticos corruptos todos tienen que ir en BMW. Lo de los últimos años fue un espejismo, resultado de una burbuja inmobiliaria y crediticia que nos ha dejado tiritando(a algunos más que a otros). Aquí se desdeña la industria, la investigación y la seriedad y estamos llegando al nivel que nos corresponde. 
#2alejandropillado(08:28)
Buenos días: muy buen artículo,sangrante sin duda pero real como que estoy sentado frente a mi ordenador escribiendo esto,real porque muchas veces cuando me despierto por la mañana me pregunto ¿como es posible?Y eso que aún (digo bien aún) soy un privilegiado de tener un cafe,de tener gasolina,de tener tareas que me he buscado(porque existir existen).Ya uno no sabe si es como en los trenes que clase es.Pero, realemnte a estas alturas tener los medios para subsistir o salir adelante dejan la polemica sobre la clase a la que perteneces a un lado.-Si, este artículo (que subire a miblog) está escrito con alma/corazón-vida.-Y comparto el primer comentario de esta sección en su totoalidad (m-150)Sin embargo aún sin tener fe en el futuro hay que seguir asdelante porque lo importante es no desfallecer y tener fe en uno mismo,Nadie,absolutamente nadie te vá a venir a sacar del "lodazal" en el que estamos metida nuestra sociedad salvo que, le hagas...falta.-
Atte
Alejandro Pillado
Marbella 2012
Clase Social Z

#1m-150(07:24)
Lo curioso de todo este asunto es que el entorno social y familiar no lo entiende. Pasas de ser una persona válida y de alto nivel profesional a ser una persona buscando trabajo desesperada.

El entorno recuerda de tí tu vida exitosa laboral y su "veredicto" es que ya no tienes ganas de trabajar y eres un caprichoso.

Y así peleas a tres bandas: con tu autoestima,con el mercado laboral y con la incomprensión de tu entorno.

Es una situación en la que se te rompen los esquemas mentales y hay que reconstruirlos desde la base.